Creo que en algún momento de nuestras vidas es bueno hacer una parada... preguntarnos y reflexionar si realmente somos felices como estamos o de lo contrario necesitamos hacer algunos cambios en nuestra mente.
Sheila sufría una multitud de síntomas debilitantes...
Un día Sheila oyó hablar de la conexión existente entre las emociones malsanas y las dolencias físicas y se decidió a dar un nuevo rumbo a su vida. Aunque ya había cumplido los cuarenta, Sheila decidió prestar atención a sus emociones... en este momento, se dió cuenta que la mayor parte de su tiempo transcurrido durante sus años, sus pensamientos habían sido una mera repetición de esa letanía de culpa, excusas y quejas. Sheila comenzó a reflexionar sobre el resentimiento que albergaba, tomó conciencia de todas las personas y circunstancias para excusar su renuncia a cambiar.
De forma gradual, mediante la práctica de la percepción consciente y la fuerza de voluntad, Sheila renunció a su antigua forma de pensar y a los sentimientos relacionados con esos pensamientos repetitivos que la convertían en víctima.
Logró despojarse de la parte de su identidad relacionada con los pensamientos negativos y dejar marchar todo aquello que ya no necesitaba para su nueva vida.
Sheila ya no tuvo ninguna razón para sufrir, todos sus síntomas físicos y psíquicos desaparecieron, había logrado curarse de su enfermedad debilitante, y lo más importante tambien se había liberado de las cadenas con las que ella misma se había aprisionado...
Joe Dispenza
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