El ser humano es capaz de rodar su película interior con las actuaciones y desenlaces que elija vivir, sin limitaciones a su éxito y a su hipotético merecimiento.
Para trabajar con la mente hay que relajar el cuerpo de tensiones y desconectar paulatinamente el afuera, para conectar con el adentro.
Merece la pena estar muy atento a los contenidos mentales que "dejamos brotar y, a veces, entrar" en nuestra experiencia interior, ya que aquello que actualicemos en nuestra imaginación tenderá a ser cultivado para, finalmente, llegar a ser vivido por la totalidad de nuestros sentidos.
Somos lo que somos, porque primero lo hemos imaginado.
Donald Curtis