Levantarme e ir a la cocina a desayunar es una sorpresa, no me encuentro diamantes como Audrey Hepburn... lo primero que hago es el ritual de cada mañana, me preparo una buena taza de te verde calentito y oloroso y me tomo una buena cucharada sopera de miel de castaño, que después "chupo" hasta dejarla más brillante que al principio de sacarla del cajón.
Así voy despertando a mi estómago para el festín que vendrá después...
