Esta mañana cuando me he levantado de la cama, al mirar por la ventana he visto que llovía, me he sentido contento al ver como se mojaban las plantas y flores de mi terraza... Quizás no salga a pasear con la bicicleta, pero seguro que encuentro mil y una cosa que hacer para pasar este día ...
A muchas persona cuando llueve les embarga un sentimiento de tristeza, melancolía, reflexión o alivio. De acuerdo a nuestra naturaleza y al momento de nuestras vidas que estemos atravesando.
En este mundo de formas, todo es impermanente, incluso el dolor. Y lo que hoy nos parece tan terrible e irremediable… mañana, con sol, podemos verlo distinto.
En este tiempo aprendí que amar no es mirarse a los ojos, sino mirar juntos hacia la misma dirección; que amar es poder dejarse caer, confiando; que amar es soñar, concretando; que amar dignifica; que amar te hace mejor persona de la que eras; que amar no es perder tu identidad, sino redefinir la; que amar no es llorar por el otro, sino sentirse pleno; que amar no es renunciar, sino complementarse; que amar no es perderse, sino encontrarse.
Hoy llueve, pero en vez de nostalgia, me dan ganas de reflexionar. Reflexionar sobre todo lo que soy, sobre todos los que me quieren, sobre todos a los que puedo ayudar. Reflexionar sobre todo lo que logré con determinación y confianza.
He pasado muchas lluvias y varias tempestades, de todas he aprendido, porque ahora se que siempre sale el sol.
Refrán. "La primavera... cante o llore, nunca viene sin flores".
