Los hay de todos los colores, sabores, mezclas y profundidades. El té, sin lugar a dudas, es una de las bebidas más importantes de la historia de la humanidad, acompañando desde tiempos inmemoriales tanto a reyes como a mendigos. Ya sea instantáneo, en bolsita o directamente desde la hoja sin procesar, esta infusión es más que la perfecta compañera de nuestras mañanas y tardes… y puede hacer mucho por nosotros.
Varias investigaciones han concluido que el consumo del té es beneficioso para la salud. Esto se debe a la presencia de polifenoles, un potente antioxidante. En términos generales diremos que nuestro cuerpo está constantemente generando radicales libres, los que se encargan del deterioro de nuestros órganos en el tiempo. Los antioxidantes contrarrestan la acción de los radicales libres, protegiendo nuestro cuerpo. Existe consenso en que los té verde y particularmente el blanco, concentran una mayor proporción de antioxidantes, siendo por esto más beneficiosos para la salud que el té negro.
Es una infusión ideal porque como ninguna otra se adecua con precisión a nuestras necesidades, nos da calor en invierno, nos reconforta, nos acompaña y nos refresca en verano.
