Para la mayoría de las personas ésta es una de las lecciones más difíciles de aprender. Nos aferramos fácilmente a nuestra visión de lo que funciona, y pretendemos que las circunstancias se acomoden a nuestros deseos.
La vida, sin embargo, tiene a menudo su propio curso, y estamos condenados al sufrimiento si no abandonamos ese empeño de que las cosas salgan exactamente como esperamos. Aprendemos el desapego cuando somos capaces de liberarnos de nuestra creencia en que el “allí” es mejor que el “aquí”.
El desapego significa no vivir ligado a tus expectativas futuras, ni al deseo de que se cumplan. No quiere decir que no te ilusiones significa que no puedes aferrarte a que las cosas sean como tu necesitas que sean, ilusión pero luego aceptación.
El desapego consiste en liberarse de la expectación por un resultado específico.
Quizá la lección más difícil de aprender, la más dura, sea no sentirse apegado a las consecuencias de tus actos. Thomas Edison
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