Ayer por la tarde me sentía tan bien, lleno de alegría y energía, que estuve paseando en bicicleta por el río y en un descanso que hice para merendar sentado en un banco... observé como una niña cogía piedrecitas del suelo y se las enseñaba a su madre, si hubierais visto su carita de felicidad, parecía que en su mano tuviera un tesoro. Mientras observaba, esa imagen me hizo ponerme a pensar que a ningun adulto se le hubiera pasado por la cabeza aprovechar el paseo por el río para coger pequeñas piedrecitas que no sirven para nada y entonces me dí cuenta de que cuando eres pequeño haces las cosas no por una razón en particular sino porque te apetecen y te sientes movido a ello, y en esas pequeñas cosas encuentras la felicidad; y me di cuenta de que los adultos solo hacemos las cosas cuando hay un motivo para ello, sea cual sea... no hacemos las cosas por el simplemente de hacerlas, de disfrutarlas, de simplemente vivir el momento... quizás sea hora de mirar con los ojos de niño...
